Este trabajo es debido a nuestro paisano y amigo Tomás Santana Rey. Yo únicamente le he ayudado con una investigación en los fondos de la Prensa Histórica y he retocado la redacción final.
Salmerón, durante el siglo XIX y principios del XX, tenía muy escasa industria. Si exceptuamos los importantes talleres de herrería que tuvo Francisco Ramón en torno a 1850, apenas la actividad de tres o cuatro molinos harineros y dos aceiteros comprendían toda actividad económica que no estuviera ligada a la explotación agrícola y ganadera, dejando aparte el comercio. La situación de los habitantes de la villa durante la primera década del pasado siglo presentaba condiciones duras: una economía que dependía de los rigores del clima, impuestos, carestía y la lacra del caciquismo que emponzoñaba la vida local.
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