En la ejecutoria de hidalguía de Juan de Hualde «el Navarro», recién llegado a la villa en 1538, el escribano público de Salmerón tuvo que cumplimentar numerosos documentos. Los escribanos públicos, al servicio del Concejo, eran de los pocos individuos que sabían escribir. En este caso el escribano se llamaba Bernabé del Pozo y seguramente es el dato más antiguo de este apellido tan frecuente en Salmerón. Y tenía una firma así de bonita.

Estos son los sellos que se utilizaron en el Ayuntamiento de la villa de Salmerón durante el siglo XIX.EL primero de ellos reproduce el que fue escudo de Salmerón al menos desde el siglo XVII. Se trata de las armas de la familia Silva, que por estas fechas pasaron a unirse con los Duques del Infantado, señores del lugar.

El 25 de Septiembre de 1915, la prensa de Guadalajara (La Crónica) recogía de esta manera las celebraciones por la inauguración de la llamada Fuente Grande, en la actual plazuela de la Mazmorra, coincidiendo con la fiesta patronal de Salmerón de aquel año. La memoria local recordaba este hecho como influencia del caciquismo ejercido en el pueblo por en Conde de Romanones.

El presente documento viene incluido en el libro Jurisprudencia Administrativa (segunda parte): Decisiones y sentencias del consejo de Estado (1865), y se trata de una sentencia que creó jurisprudencia y que afectaba a nuesto pueblo y a un vecino de Villescusa.

Como es sabido por las respuestas que el pueblo dio en el siglo XVIII a la encuesta conocida como Catastro de La Ensenada, el concejo de Salmerón tenía dos terrenos comunales: La Dehesa del Buey Alhaja y el entonces llamado Monte de san Vicente.