Adaptando la música de un villancico tradicional se compuso este villancico salmeronense hace unos cincuenta años. Resulta interesante la mención de distintos lugares del pueblo en el texto.
Pese a tener sólo unos cuarenta años, el texto de este villancico, compuesto por alguién que habitó durante años en el pueblo, resulta entrañable por la mención de diversos barrios de la localidad: El Cortijo, Las Escabas, el Perchel, San Sebastián o la Cuesta del Molino son lugares muy queridos para los salmeronenses. De especial interés resulta la mención del «Portal de Belén», denominación que tradicionalmente se da a un casa situada en el Barrio del Cortijo. En su fachada se puede ver actualmente un letrero con este nombre.
Mi agradecimiento al otrora párroco de Salmerón, D. Miguel Ángel Ortega, que me proporcionó el texto del villancico.
El Niño Dios se ha perdido
y lo buscan por el mundo,
que vengan a Salmerón
y lo hallarán de seguro. El Niñito es muy bello
y rubito como el sol
con los ojitos de cielo
va reflejando Amor. Pues entonces por la Alcarria
camina buscando amores,
que en esta tierra de mieles
se han visto ya resplandores. Pues a buscarlo venimos
con verdadero fervor
y si en Samerón lo hallamos
se mitigará el dolor. Buscadlo por el Cortijo,
que hay un Portal de Belén,
y si no por las Escabas
o tal vez por el Perchel. Pues recorreremos calles
o rincones en que él goza,
que seguro que el infante
se encuentra entre gente moza. Por San Sebastián he visto
cómo brillaba una estrella,
seguidla que de seguro
pasea en aquella vega. Ya sube alegre y contento
por la Cuesta del Molino
para llegar a la Iglesia
donde esperan los vecinos. Miradlo en trono de Honor,
con su sonrisa brillante,
adoremos al Infante
y cantemos con amor.