En la ejecutoria de hidalguía de Juan de Hualde «el Navarro», recién llegado a la villa en 1538, el escribano público de Salmerón tuvo que cumplimentar numerosos documentos. Los escribanos públicos, al servicio del Concejo, eran de los pocos individuos que sabían escribir. En este caso el escribano se llamaba Bernabé del Pozo y seguramente es el dato más antiguo de este apellido tan frecuente en Salmerón. Y tenía una firma así de bonita.
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