Traemos a esta sección el texto de un periódico de 1814, el Procurador General del Rey y la Nación, dando cuenta de los actos celebrados en Salmerón con ocasión del regreso de Fernando VII y de la promulgación de un decreto de 4 de mayo de ese mismo año.
Acababa de terminar la Guerra de la Independencia, en la cual tanto había sufrido la villa, tras ser saqueada tanto por los franceses como por las tropas de El Empecinado. En este decreto Fernando VII manifestaba su intención de derogar las leyes, la Constitución liberal de 1812 y toda la obra de las Cortes de Cádiz. La idea principal del texto se refiere a la restauración del absolutismo, frente a las ideas liberales. Al parecer, el pueblo, tradicionalmente dado a los excesos políticos en uno y otro bando, acogió con alegría el decreto absolutista, fue a casa del alcalde, tomó el libro con el texto de la Constitución liberal, y, tras pincharlo en un sable, lo quemó públicamente en la Plaza. Durante aquel mes de mayo, además de festejos populares que conllevaron iluminación especial, salvas de alegría y procesiones, se celebraron distintos actos religiosos, presididos por el retrato de Fernando VII, al que los españoles apodaron El Deseado, y que pasó a la posteridad como el peor monarca de la historia de España.
Lo más curiosos de todo es que unos años más tarde, en 1841, en Salmerón volvieron a organizarse unos actos muy parecidos en exaltación de la ideología contraria, en honor de Isabel II como reina constitucional. La Plaza Mayor, donde en 1814 se había quemado el ordenamiento de 1812, había sido rebautizada como “Plaza de la Constitución”, además de haberse puesto una placa en honor del nuevo ordenamiento jurídico en la fachada del Ayuntamiento. Y es que los españoles, en general, somos poco aficionados a los términos medios. El texto de 1845 podéis verlo en https://www.villadesalmeron.es/index.php/2017/07/15/la-primera-cronica-periodistica-de-las-fiestas-de-salmeron-en-1841/