El día 16 de marzo se celebró en Salmerón la Fiesta del Árbol. De esta manera se recuperaba una tradición que estuvo vigente en nuestro pueblo entre 1915 y 1929.

Era esta una fiesta en la que se intentaba inculcar a la infancia y a la juventud el amor a los árboles y a la naturaleza, por lo que, en aquel momento, los niños de la escuela tenían un papel principal yendo al campo a repoblar el arbolado.

Este año, gracias a la concesión por parte de la Diputación de Guadalajara de setentaisiete plantas, entre árboles y arbustos, a los que se ha unido alguna donación de particulares, los salmeronenses han podido mostrar ese amor por la naturaleza que ya preconizaban nuestros antepasados y que hoy es más necesario que nunca.

En este caso, ha sido una fiesta abierta a todas las edades y, desde niños de apenas tres años hasta personas de más de ochenta, todos se han unido en este empeño común de cuidar nuestro Medio Ambiente.

El viernes 15 los voluntarios nos reunimos en el edificio del Ayuntamiento, donde se sortearon los árboles para su apadrinamiento por los distintos ciudadanos y después se fue a señalizar los lugares de la plantación. El sábado 16, por la mañana temprano, se reunieron las cuadrillas en la plaza y recogieron las plantas que, este año, se destinaron a los siguientes parajes: La Fortaleza (camposanto), el polideportivo de la carretera, el Bancal en la entrada del pueblo, la Cuesta del Cabrahígo, el punto limpio en la salida norte del pueblo, el parque infantil de la Plza del Juego de Bolos y el paraje de la ermita de la Virgen del Puerto.

Para reponer fuerzas, se degustó una barbacoa en la explanada del antiguo trinquete, frente a la sede de la Asociación de Jubilados.

Este vídeo pretende ser un resumen de una jornada muy especial. Muchas gracias a quienes me proporcionasteis fotos y vídeos de las distintas cuadrillas de trabajo: Merce Simón, Mila Villalta, Eva del Pozo, Andrés Molina, Marta Albalate y Marisa Gutiérrez. Mil gracias también a todos los que colaboraron en la elaboración de la comida, especialmente a Marga Villalta que puso el local y los enseres para la barbacoa y al Ayuntamiento, asociaciones y particulares, que trabajaron juntos para que todo saliera bien. Y una mención muy especial a Tomás Santana Rey, que tantos años llevaba luchando por la recuperación de esta fiesta.