Las josas son un dulce típicamente alcarreño, pero que sólo reciben este nombre en Salmerón (quizá en alguna localidad muy cercana, aunque lo desconozco), mientras en Alcocer, sólo a 14 kilómetros, se llaman uveros y en otras zonas, como Sigüenza, harinosas, en Villanueva, borrachos. Se trata de un dulce propio del mes de septiembre, cuando, la uvas más pequeñas, acompañadas con masa de pan, dan el resultado final. Una cocina, como era habitual, de aprovechamiento. El proceso era el siguiente:

Las mujeres iban a la tahona y compraban la masa del pan ya hecha (imagino que en tiempos anteriores se haría en la propia casa), la extendían y dentro metían las uvas bien mezcladas con harina, azúcar y algo de aceite. Luego la masa se cerraba, dándole forma de una gran empañadilla y pintándola por fuera con un poco de aceite para que no se abriera. Luego, por turnos, las llevaban a la tahona en cuyo horno se cocían.

Actualmente en algunas zonas la masa ha variado y es más parecido a bollería que a la originaria de pan.

En cuanto al nombre de josa, no lo recoge, como referido a tal dulce, el Diccionario de la Lengua ni el Etimológico de Coromimes. Se me ocurre que, como sucede para otro asunto, josa venga del latín clausa “cerrada”. Josa, según el diccionario, es una “heredad plantada de vides y árboles frutales”. No es descartable que nuestro dulce provenga de ahí o del hecho de que cerrada y bien cerrada está la empanadilla para que las uvas no se salgan. Pero lo bueno es comerlas. Algo delicioso.