En la calle Mayor de Salmerón se encuentra un caserón de sillares donde estuvieron situadas las antiguas escuelas. El edificio, uno de los más antiguos del pueblo, tiene una curiosa historia, ya que fue cárcel, pósito municipal e, incluso, en algunas épocas, se habilitó como Casa Consistorial.
Hacia la mitad de la calle Mayor, en su lado derecho en dirección a la salida del pueblo, aparece el que tal vez es, junto con la iglesia, el edificio más antiguo de la localidad. Se trata de un caserón de sillares, con portón en forma de arco y cuatro grandes ventanales (uno de ellos hoy tapiado) en la planta superior.
Durante muchos años se ha conocido a esta edificación con el nombre de «las escuelas», pues en él estaban ubicadas las distintas aulas destinadas a la enseñanza de niños y niñas, al menos desde mitad del siglo XIX. Sin embargo, su origen es muy distinto, ya que el edificio sirvió durante largos siglos de prisión y tribunal y también de pósito municipal.
En los sótanos estaban situadas las mazmorras, hecho aún presente en la memoria histórica de los salmeronenses que han bautizado con el nombre de La Mazmorra al local de copas que hoy allí se ubica. Este ha respetado con excelente gusto la estética originaria de la estancia, en la que, además de los arcos de sillería, se pueden ver los bancos de piedra que, rodeándola, servían de asiento a los reos.
Existía también en el edificio el llamado «cuarto del soldado», denominación que aún recuerdan los más mayores. Esta sala era una especie de prisión militar -de ahí su nombre- en la que se encerraba a los soldados huidos (prófugos) o que habían cambiado de bando (tránsfugas). A los niños, hasta la posguerra, les asustaban diciendo que ahí se había ahorcado «Pepe el Cacá», sin que sepamos más de dicho individuo.
En el piso superior estaba la gran sala para la celebración de los juicios, hoy día sometida a diversas alteraciones. Debió de tener gran importancia en las épocas de mayor fuerza del Tribunal del Santo Oficio, ya que aún esporádicamente se refieren algunos al edificio como «casa de la Inquisición».
Este caserón sirvió también de pósito, es decir de lugar de almacenaje de trigo por parte del Concejo para su posterior reparto en épocas de escasez.
Es curiosa la vida de este edificio durante las dos desamortizaciones del siglo XIX. En la primera Desamortizacón (la de Mendizábal), en 1836 se pretende despropiar y sacar a venta el edificio de la Plaza (actual Ayuntamiento) y pasar las dependencias de éste a la casa del Pósito. Así, el Concejo declara poseer el «Edificio de la villa o Ayuntamiento. Linda por saliente y mediodía con la Plaza Mayor y a poniente y norte con la casa de Gaspar Hualda». Además observa: «Esta casa ha estado destinada a su servicio del Anuntamiento y en atención a haberse destinado con autorización por superior la del Pósito a este objeto, por ser más capaz, se pone en venta…» No debió de realizarse esta enajenación, ya que en la segunda Desamortización (la de Madoz), en 1856, la municipalidad declara una vez más ser poseedora del edificio de la Plaza Mayor que en este momento «está destinada para hacer escuela de niñas y habitación para la maestra». También refiere ser dueña de la «otra casa, denominada El Pósito, situdada en la calle Mayor», que «linda con la casa de Don Diego Giménez y con la Plazuela de la Fuente» y cuya venta «esta exceptuada como destinada a sevicio público, como son Oficinas del Ayuntamiento y escuela de niños y Pósito en el piso bajo». De esta ingeniosa manera, destinando el edificio de la Plaza a Escuela de niñas y el de la Calle Mayor a escuela de niños y oficinas del Concejo, salvaron nuestros antepasados esta parte del patrimonio civil de Salmerón de caer en manos privadas y, tal vez, también de su destrucción.
Fuera de la función de escuelas que ha ejercido durante cerca de un siglo, en los últimos años el caserón de la calle Mayor ha albergado la consulta médica y un bar de pensionistas.
Actualmente y desde octubre de 2015 se ubica en el edificio el Albergue para los peregrinos que van a Santiago de Compostela siguiendo la Ruta de la Lana.