Se cantaba el día de la bendición de los campos y supone una llamada al labriego para que eleve su pensamiento a Dios y huya del desánimo y de la blasfemia. A la vez, presenta una visión idílica de la vida hogareña del campesino.
LABRADOR, QUE MAÑANERO COMO EL SOL
A LOS CAMPOS TE DIRIGES CON AFÁN,
Y LOS SURCOS DE LA TIERRA VAS REGANDO
CON SUDORES DE TU FRENTE AL TRABAJAR.
LABRADOR, MIRA AL CIELO QUE TE MIRA,
PIENSA QUE TE HAN DE JUZGAR,
y AL AUTOR DE TUS AFANES CON AMOR,
POR EL DÍA Y POR LA NOCHE, SERVIRÁS.
AL COMPÁS DE LOS ARRULLOS DE LOS VIENTOS
Y AL CORRER DE LOS CAMINOS, LABRADOR,
PIDE AL CIELO QUE BENDIGA TUS TRABAJOS
CANTA Y REZA UNA ORACIÓN.
NO ES TU AFÁN, NI TU TRABAJO, LABRADOR,
LOS QUE FRUTOS A LA TIERRA HAN DE SACAR,
SON LAS AGUAS, ES EL SOL QUE DESDE EL CIELO
LA DIVINA PROVIDENCIA MANDARÁ.
EN TU HOGAR, TU MUJERCITA QUE ES MUY BUENA,
Y TUS HIJOS QUE PENSANDO EN TI ESTARÁN,
AL QUE CUIDA DE LOS CAMPOS Y LAS AVES
POR EL FRUTO DE SU PADRE REZARÁN.
LABRADOR, LA SEMILLA QUE EN LA TIERRA
TÚ DERRAMAS CON AFÁN
NO LA RIEGUES CON TUS IRAS, LABRADOR,
NI PALABRAS QUE A TU DIOS OFENDERÁN.
TU TRABAJO SIEMPRE ES DURO, LABRADOR,
NUNCA ENTIERRES EN LA TIERRA TU SUDOR,
SI DESEAS RECOMPENSAS EN TUS TRABAJOS
A LOS CIELOS MÁNDALOS.
NO ES TU AFÁN, NI TU TRABAJO, LABRADOR,
LOS QUE FRUTOS A LA TIERRA HAN DE SACAR,
SON LAS AGUAS, ES EL SOL QUE DESDE EL CIELO
LA DIVINA PROVIDENCIA MANDARÁ.