Construida a lo largo de varios siglos, la iglesia de Salmerón presenta elementos de diversos estilos arquitectónicos, aunque las trazas principales son de corte gótico. Son dignas de mención sus tres portadas y en las capillas de su interior resuenan ecos de antiguas noblezas.
A la entrada de la magnífica Plaza Mayor de Salmerón destaca el enorme edificio de su iglesia. Construida a lo largo de varios siglos reúne elementos arquitectónicos de distintos estilos, aunque la concepción general del templo es gótica y la construcción principal remonta a los siglos XIV y XV. El edificio está construido con muros de cantería, lo que conocemos como sillares de piedra, en este caso arenisca, como otros templos de la comarca.
En la iglesia se abren tres puertas: La del lado de la epístola, de estilo clasicista, parece posterior a la primitiva planta del edificio y puede remontarse al siglo XVI. De hecho, por ella se accede a un atrio o zaguán desde el que, por una segunda puerta, se entra en el templo.
La puerta del lado del evangelio, que hoy día no se utiliza, es de estilo renacentista y está adornada con dos medallones con bustos de perfil sobre los que figura sombrero y cordón cardenalicio.
La puerta meridional presenta portada de medio punto con dos arquivoltas y bustos de ángeles y santos, identificados como San Pedro, San Pablo, San Juan Bautista y San Bartolomé. Sobre ella se puede ver una cruz, cuyo estado fragmentario impide saber si se trata de cruz de Santiago o de Calatrava, aunque la constancia de que algunos personajes principales de la villa eran caballeros de Santiago, así como el hecho de que un ramal del camino de Santiago (de Cuenca a Burgos) pasara por nuestro lugar, nos hace decantarnos por la primera posibilidad. Esta puerta conocida popularmente con el nombre de «puertas antoneras», en otro tiempo era denominada como «puerta de los Apóstoles», según figura en la inscripción de su llave
En la fachada oriental del templo se sitúa un reloj de sol y en la cabecera o ábside hay dos ventanales góticos (uno de ellos ha estado cegado durante años y el otro, simétrico al anterior, ha sido abierto durante la reciente restauración del templo) y rosetón con filigrana. Bajo este aparece cegada una ventana rectangular sobre la que se puede ver grabado un monograma.
El interior del templo consta de una única nave, de seis tramos, con pilares, arcos apuntados y cubierta de crucería en toda su longitud. En el crucero hay bóveda sexpartita
En el lado de la Epístola se abre la Capilla Mayor (antiguamente llamada «capilla de San José» y actualmente dedicada a Sacristía), quizá una de las partes más antiguas del templo, con cubierta de crucería de elementos cóncavos, que da acceso a la nave central por medio de arco apuntado y en la que se conserva una hornacina, resto de un antiguo enterramiento, de trazas, asimismo, góticas. La antigua sacristía, adosada a la cabecera del templo por el lado de la epístola, presentaba bóveda de cañón y ha sido derruida en la remodelación del templo realizada durante los años 80.
En el lado del evangelio se abren dos capillas. Una de ellas es de estilo gótico tardío, del XVI, con crucería, y se abre mediante puerta con arco mixtilíneo y hornacina con arco trebolado. Tradicionalmente se conoce esta estancia como «capilla del pozo», por el que había en una de sus esquinas, donde quedaron sumergidas las antiguas imágenes de los santos tras la guerra del 36 y que actualmente ha sido cegado. Esta capilla, de gran belleza, aún está pendiente de restauración. La segunda capilla de esta lado se abre con puerta del XVII en la que lucen relieves antropomórficos que aún presentan restos de policromía. El interior, cubierto con bóveda de medio cañón, presenta inscripción pintada en su parte alta y hornacina frontal. Antiguamente conocida como «capilla de San Antonio», actualmente está dedicada a la Virgen de la Soledad, cuyas Hermanas han costeado el solado de la planta. En esta capilla se instala el Monumento en Salmerón la tarde de Jueves Santo.
En el lado izquierdo del bajo coro queda en la penumbra una pequeña capilla hasta hace unos años arruinada. Consta en los libros parroquiales que, al menos desde 1580, esta capilla, dedicada al Santo Cristo del Sepulcro era propiedad de la familia Hualde, en cuya cripta eran enterrados sus miembros. Esta familia, arruinada en las guerras carlistas, perdió la propiedad de la capilla y la compró el bilbaíno Don Juan de Albisúa, casado con la salmeronense Fernanda Jabalera y Hualde, y la reedificó con todo lujo en 1850, según nos cuenta en su obra Castellanos de Losada. Desaparecida asimismo la familia Albisúa de Salmerón, aún cambió de propiedad al menos otra vez la capilla en los comienzos del siglo XX. La cripta de enterramientos, de la que conservamos fotografía, ha sido cegada durante la restauración de la iglesia, a fin de afianzar los cimientos del edificio. También se ha cerrado una ventana enrejada con vistas ala Altar Mayor, desde la que los propietarios podían asistir a los oficios de culto.
Hace unos años el sacerdote hijo del pueblo, don Crescencio Saiz (q.e.p.d.), rehízo la capilla de piedra siguiendo las formas góticas y se utiliza como capilla de diario.
Se completa el templo con otra pequeña capilla con bóveda de crucería de terceletes.
El coro, antes de la Guerra Civil, tuvo sillería y facistol central y un órgano notable que se destruyó durante la contienda. Actualmente, esta parte del templo está pendiente de restauración.
En cualquier caso, el resultado final del edificio parece obra de distintas manos y distintos períodos. Por lo que respecta al siglo XVI, sabemos que en 1576 los maestros de cantería Martín de la Vaca, Pedro García Caxigo y Juan de Palacios se comprometen a realizar una obra de cantería «en los portales de la iglesia de Salmerón», lo que tal vez hace alusión al mencionado atrio de la puerta del lado de la epístola o puerta Este.
Todas las imágenes antiguas fueron destruidas en el 36, pero las actuales, todas de escayola y sin especial valor artístico, continúan las advocaciones que un día estuvieron bien implantadas en el pueblo: Vírgenes de la Asunción, Rosario, Carmen y Soledad. Cristo Resucitado, con la Cruz, Ecce Homo y Santo Sepulcro. Únicamente el patrón del pueblo, el Santo Cristo de la Buena Muerte, es una talla de madera, copia de la antigua y regalo de una familia local en los primeros años 40 del siglo XX.
Sí se conservan antiguas obras de orfebrería: varios cálices de plata, uno con motivos renacentistas y otros tres barrocos. Custodia tipo sol, del XVI. Hermosa cruz procesional del XVI, punzón de Cuenca del año 1671, que presenta en el anverso a Cristo con los Evangelistas y en el reverso a la Virgen dando el pecho al Niño; en la manzana los doce apóstoles. Relicario del siglo XVIII. Interesante colección de casullas y capas pluviales de los siglos XVI a XVIII. Pintura de la Inmaculada de finales del XVIII y de San José con la casita de Nazaret, de corte popular.
El templo se adornaba hasta el 36 con un buen retablo barroco, obra del seguntino Pedro Castillejo, como otras muchas iglesias de la zona, pero fue desmontado y sus piezas se perdieron, conservándose sólo un par de fragmentos de columna salomónica. Del magnífico coro de nogal sólo se conserva una tabla policromada con la representación de la Virgen y el Niño y los Ángeles a sus pies.
BIBLIOGRAFÍA
- Azcárate Ristori, J.M., Inventario del Patrimonio Artístico de España (Guadalajara y su Provincia), Madrid, 1983.
- Castellanos de Losada, B.S., Recuerdos de Salmerón, Madrid, 1850
- Castellanos de Losada, B.S., Trillo, Manual del Bañista, Madrid, 1851.
- Herrera Casado, A., Crónica y Guía de la Provincia de Guadalajara
- Hualde Pascual, Mª Pilar, «La villa de Salmerón en el viaje alcarreño de Basilio Sebastián Castellanos de Losada (1849): notas de historia y etnografía», en Cuadernos de Etnología de Guadalajara, 45-46, 2013, págs. 223-260.
- Rokiski Lázaro, M.L., Arquitectura del siglo XVI en Cuenca, Cuenca, 1985.
Mi agradecimiento al antiguo párroco de Salmerón, D.Miguel Ángel Ortega, por su información sobre la inscripción de la llave de la puerta Sur del templo.
Felicidades!!, da gusto que con rigor, se den muestras del valor de nuestro Patrimonio
Por cierto, Pilar ¿sabes si hay alguna inscripción o blasón en la Iglesia parroquial perteneciente a la familia Manuel, de su presencia como habitantes de la villa de Salmerón?, o restos de su antigua vivienda en la Casa de su morada situadas en la Calle “De la Puerta a Cuenca” toda de piedra de Sillería grande, con portada
también en sillería y grande y sobre ella el escudo familiar, que figuraba en las puertas principales y en las esquinas de las casas, además de en la Capilla de la
Iglesia de la Parroquial de la Villa de Salmerón
Gracias