La Virgen del Puerto de Salmerón y la de Losacio (Zamora), ¿dos historias paralelas?

La Virgen del Puerto de Salmerón y la de Losacio (Zamora), ¿dos historias paralelas?

Siempre me ha resultado sorprendente la advocación de Santa María “del Puerto” en un lugar del interior castellano como es nuestra villa de Salmerón.  

1. La Virgen del Puerto de Salmerón: prehistoria de una advocación mariana.

Ya en el siglo XVII el erudito cronista de la zona, Baltasar Porreño, cura de Sacedón y Córcoles, explica la razón de nuestra advocación mariana argumentando que el lugar en que se sitúa la ermita era en aquel tiempo “según la tradición de los antiguos (…) un monte muy cerrado y difícil de pasar, habitado por animales fieros y por serpientes ponzoñosas y también por caza”, según el resumen que Juan Catalina García hizo del contenido de un manuscrito del eclesiástico conquense. En cualquier caso, se puede hacer notar que “puerto” significa “paso entre montañas” y, si observamos la orografía de la zona y la imaginamos antes de que la mano del hombre la alterase rompiendo el continuo del paisaje mediante la apertura de carreteras, efectivamente, nuestra ermita se sitúa en un declive del terreno entre las alturas de la sierra Solana (el cerro Blanco, la Peña Negra, San Matías…) y las elevaciones más occidentales de Alvaráñez, las Majadas y los cerros contiguos.

Otra cuestión en la que las fuentes que trasmiten la leyenda no parecen ponerse de acuerdo es si la ermita con la imagen de la Virgen del Puerto ya estaba erigida en el momento en que se produce la fundación del convento (1337) y de ahí la petición de amparo que el caballero fundador hace al encontrarse con la temible serpiente de la leyenda “Virgen del Puerto, si me sacas de este apuro te hago un convento, con sus agustinos dentro”. Así lo asegura el relato del párroco local de 1787, don Carlos Moreno Colmenar, según documento manuscrito enviado a las Relaciones Topográficas de Tomás López:

«…como de un quarto de legua tiene un Convento de Religiosos Agustinos Calzados fundado por el año 1300 por Gil Martínez de Espejo, Mayordomo que fue del antiguo Ynfante Dn. Manuel, con motivo del milagro que Nª S. del Puerto, titular de dicho Convento obró con el dicho, y fue que viniendo a cobrar las rentas de su Amo, y pasando por una espesura donde estaba la Hermita de la Señora, le salió una horrorosa sierpe y a la invocación de la Señora, con la promesa de fundar el dicho Convento logró entrarle la lanza por su garganta quitándola la vida. Assi consta en el referido Convento».

Pintura de la ermita que evoca la leyenda del caballero y la serpiente

Si esto fuera así y en los comienzos del siglo XIV ya estuviera implantada la devoción de Nuestra Señora del Puerto en Salmerón esta sería, tal vez, la localidad de tierra adentro en que se documenta la advocación en fecha más temprana. Pero ya un siglo antes Alfonso X El Sabio había puesto bajo la protección de esta Virgen el lugar llamado entonces Santa María del Puerto, la localidad gaditana conocida hoy como Puerto de Santa María, y a esta Virgen dedicó algunas de sus cantigas. Aunque no deja de ser pura especulación, no dejaría de ser atractivo pensar que fue el monarca quien trajo a estos parajes la advocación que tan querida le era. En este punto no puedo dejar de recordar la historia que escuché de dos ancianos de Salmerón que, cada uno por su parte, aseguraba que los amores de Alfonso X y doña Mayor Guillén de Guzmán (luego señora de Alcocer, Salmerón y Valdeolivas, tras el forzoso matrimonio del monarca con Violante de Aragón) tuvieron como marco las posesiones que el monarca tenía en el lugar hoy conocido como Molino del Prado, tan cercano a la ermita. Sin nadie que hasta el momento me haya podido corroborar la existencia de esta tradición en nuestro pueblo, quede este apunte de historia-ficción con la esperanza de encontrar nuevos datos.                                                                           

2. Los datos históricos de la fundación del convento de Salmerón.

Como en otro lugar de esta web hemos señalado, los primeros datos históricos del convento de agustinos de la Virgen del Puerto hay que buscarlos en Las Centurias de Fray Jerónimo Román (1569), la Historia del Convento de San Agustín de Salamanca de Fray Tomás de Herrera (1652) y un documento inédito de este mismo autor agustino , amén de diversos manuscritos del ya mencionado Baltasar Porreño, también del siglo XVII.La mayor parte de los datos sitúan la fundación del convento en la primera mitad del siglo XIV: parece que en la Crónica de la Orden de San Agustín de Iosepho Panphilo (1581) se señala el año 1337 como fecha fundacional:

Monasteria Parpinianense, Barcinonense, et Salmerocense in Hispania: Brioniense et Carcassonense in Gallia fundantur”


frente a lo que Fray Jerónimo Román apunta a 1342:

Año 1342. Fundación de la Casa de Salmerón: En este año fue fundada la casa de Nuestra Señora del Puerto de Salmerón, que es de la Orden; fundola Gil Martínez, criado del Señor Infante don Ian Manuel: el qual labró la Iglesia, claustros, y refitorio, y dexó grandes rentas, y murió labrando la casa, requiescat in pace. Amen. Hizole el buen Rey don Alonso el onzeno grandes mercedes , dándole privilegios y gracias para ella, firmaron el privilegio real, que es rodado, sus hijos del rey, y su señor y amo, el Infante don Ioan Manuel, y 27 obispos, 3 maestres de la cauallería, y 25 grandes del reyno. Está el privilegio en el mismo convento”.

Sin embargo, Fray Tomás de Herrera, el autor que más trabajó sobre la vida de este cenobio, asegura que en 1337 la santa casa estaba ya fundada, según él mismo había constatado en documentos que guardaba el archivo del convento.

Texto de Fray Tomás de Herrera

En cualquier caso, tenemos el convento funcionando hacia mitad del siglo XIV y sabemos que gozó de una regular importancia durante la baja Edad Media a juzgar por las mercedes que le concedieron y confirmaron los diversos monarcas.

Otro argumento que corrobora la relevancia del monasterio es la presencia de algunos de sus priores en ocasiones solemnes, como fundaciones de otros conventos. Así tenemos el testimonio de que en abril del año 1407, cuando nuestro convento salmeronense tenía unos 70 años de vida, el superior de su comunidad “Fray Luis de Salmerón prior de Santa María del Puerto” estuvo presente en la fundación del convento de san Agustín de Valladolid, junto con el Vicario Provincial y todos los frailes del Convento de Toledo. (Noticias del convento de san Agustín de Valladolid extractadas por el P.Prior Fray Josef de Ávila en el año 1786 a la vista de su Archivo, publicado por José León Sancho Rayón en sus Documentos inéditos para la Historia de España.)  

De todo ello podemos deducir la relación del convento de Salmerón con otros de agustinos del resto de España en esta época, hecho que habrá que tener en cuenta para la teoría que pretendemos defender en estas líneas.

  3. La Virgen del Puerto en Losacio de Alba (Zamora)  

A las afueras del pueblo de Losacio de Alba, en la provincia de Zamora, hay un ermita que también guarda una imagen de la Virgen venerada bajo la advocación de Nuestra Señora del Puerto. Según la tradición de la zona, esta imagen es “hermana” de la Virgen de los Árboles del cercano pueblo de Carbajales de Alba. Al parecer, ambas se encontraban originariamente en el convento de agustinos de esta última localidad y los frailes habrían regalado la imagen de la Virgen del Puerto a unos vecinos que iban a fundar el vecino pueblo de Losacio, para que la tuvieran por patrona. Quiere la leyenda que los carbajalinos, indignados por la marcha de su Virgen del Puerto, fueron a recuperarla con un carro de bueyes, pero quedaron atascados en el camino por una fuerte tormenta, lo que se interpretó como un designio divino de que la imagen se quedara en la nueva población de Losacio. En memoria de este acontecimiento el día de su fiesta la Virgen sale de su ermita, no en andas, sino llevada en un carro de bueyes.  

4. El convento agustino de Carbajales.      

  Al parecer, el asentamiento de una comunidad de inspiración agustina en las cercanías de Carbajales podría remontarse al siglo XI, fecha en la que los frailes habrían empezado a venerar el cuerpo de la mártir Santa Engracia, aparecido en las cercanías del lugar donde se hallaba la comunidad. Pero el traslado formal del monasterio al interior del pueblo de Carvajales, aunque no se tiene fecha concreta, se suele situar entre los siglos XIV y XV, por las mismas fechas en que la comunidad agustina de Salmerón alcanzaba su mayor esplendor.    

  Aunque hay bibliografía que repasa la historia de este convento, que desapareció también en el siglo XIX con la Desamortización, no se tienen datos sobre su fisonomía y sobre su planta, y tan sólo hay noticias someras del aspecto de su iglesia y de las imágenes que en ella se veneraban, entre las que destacaban las propias del culto agustino: la Virgen de Gracia, san Agustín, santo Tomás de Villanueva, san Nicolás de Tolentino o santa Rita. Resulta de especial interés que en el convento se venerase la imagen pintada del llamado Santo Cristo de Burgos copia del original que se hallaba en el convento agustino de esta capital castellana, lo que prueba que entre los monasterios de la orden se intercambiaban imágenes de veneración local.


5. Los conventos de Salmerón y de Carbajales: coincidencias y propuestas.

Llaman, desde luego, la atención una serie de coincidencias sobre la historia de ambos conventos, aparte de las evidentes de pertenencia a la misma orden y de su desarrollo en una cronología similar. Una de ellas es que en ambos cenobios se daba culto al cuerpo de una santa: la mártir Engracia en Carbajales, santa Isabel de Hungría en Salmerón. Más significativo, si cabe es la veneración de las mismas imágenes en las iglesias de ambos conventos. Según P. Rodríguez Pascual (“Santa Engracia de Carvajales del Alba: Un enclave agustiniano en Zamora” en Archivo agustiniano 67 (1983) 108-109), seguido por F. Carmona Moreno (“Un Convento Agustiniano anterior a 1050: Santa Engracia de Carbajales de Alba”, La Ciudad de Dios, 219, nº3 (2006) 683-712) en Carbajales de san Agustín, santo Tomás de Villanueva, san Nicolás de Tolentino o santa Rita aún pueden verse en la parroquia del pueblo, casi dos siglos después de extinguido el monasterio. No tenemos tanta suerte en Salmerón, donde todas las imágenes desaparecieron en 1936, pero por los documentos de Desamortización sabemos que se veneraban estos mismos santos en la iglesia del monasterio y todavía hay testigos oculares de que san Agustín (“un santo muy negro” en palabras de quien me lo contó – recuérdese que el padre de la Orden agustina era originario del norte de África-) se encontraba junto a la imagen de la Virgen del Puerto en la ermita de Salmerón antes de la guerra.   

Ruinas de la iglesia y del convento en los años 40

   Si esto fue así, y luego los frailes donaron la imagen a los fundadores de Losacio, en la figura de aquella Virgen del pueblecito zamorano tenemos un testimonio de lo que pudo ser, siglos atrás, los precedentes de la imagen de Salmerón, destruida en la guerra civil. Ciertamente, también en Losacio la imagen original fue robada en marzo de 1936 y no sé si la actual es réplica exacta del original.  

Virgen del Puerto de Losacio (Zamora)

En cualquier caso, aquí quedan para la curiosidad de los lectores, la antigua imagen de la Virgen de nuestro pueblo, recuperada gracias a la aportación de una fotografía por la familia Silvestre, y la foto de la imagen actual de Losacio. Losacio y Salmerón, dos localidades unidas por la historia bajo la advocación de Santa María del Puerto.

Imagen de la Virgen del Puerto de Salmerón, destruida en 1936

Si observamos las dos imágenes, vemos que en ambos casos se trata de una Virgen vestida con manto, de la que únicamente se ven la cara y las manos. La diferencia principal consistiría en que la Virgen zamorana presenta al Niño delante de su cuerpo, mientras que la alcarreña en ese lugar parece llevar un ramo de flores. Sin embargo, esa diferencia se anula al acudir a los pocos documentos del convento de agustinos de Salmerón que se conservan en el Archivo Histórico Nacional. Allí, aparte de ratificarse el hecho que ya habíamos encontrado en los Documentos de Desamortización, de que la Santa imagen se encontraba en el Retablo Mayor de la iglesia del convento, se nos dice que “doña Teresa Novar, hermana del Canónigo secretario del Ilmo. Sr. Obispo de Cuenca y Juez conservador de este Convento” había regalado “una corona de hoja de lata para la Virgen y unas potencias (corona de las imágenes de Cristo) y vestido para el Niño Jesús”, en junio de 1815, en un momento en que el reestablecido convento intentaba recuperarse de los desastres de la Guerra de a Independencia que lo habían tenido años abandonado y a merced de los saqueadores. Pero las circunstancias hicieron que, sólo 20 años después, el convento se cerrara y sus imágenes fueran a parar a la iglesia de Salmerón, salvo la de la Virgen, que permaneció en la ruinosa ermita expuesta a expolios y profanaciones. Así nos lo cuenta en 1850 Basilio Sebastián Castellanos de Losada:

«El viajero cristiano al pasar por la ermita de esta santa imagen no podrá menos de desconsolarse al ver la irreverencia en que se halla en una sucia ermita abierta y ruinosa, sobre un altar de fábrica sin adorno alguno, sitio que sirve para albergue de todo el mundo que por allí pasa y hasta para escandalosas escenas, y se admirará de que teniéndose en aquel país bastante fe en este sagrado simulacro, se tenga en tan punible abandono, o que ya que no se quiera poner con decencia su ermita, no se la lleve a la parroquia del pueblo. El convento fue desocupado por los monjes en 1835 cuando la supresión de las comunidades, y las santas imágenes que se veneraban en su iglesia, fueron llevadas en procesión a la iglesia del pueblo donde se hallan.»

(Trillo. Manual del bañista)

Con toda probabilidad, esta situación hizo desaparecer la figurita del Niño Jesús y en las manos (muy separadas según aparecen en la fotografía) se colocó como remedio un ramo de flores de trapo, que a simple vista, resulta un añadido.

La familia que poseyó – primero por compra y las siguientes generaciones por herencia- las fincas de los frailes se hizo también cargo de la imagen y, al menos en la década de los 30 del siglo XX, la guardaba en su casa de la calle de la Estrella, en un lugar de la galería de la vivienda, bajándola a la ermita en el día de la celebración de la Virgen del Puerto.

Estos son los datos que hemos podido averiguar sobre la primitiva imagen de nuestra Virgen, ligada al culto de los agustinos, como la de Losacio y con un origen y forma distintos a otras imágenes de la misma advocación como las de Plasencia o Santoña.


(José Manuel Andrés, de Losacio, me envía amablemente este vídeo sobre su Romería de la Virgen del Puerto. Desde aquí le damos las gracias http://es.video.yahoo.com/video/play?vid=2656459&fr=lo)

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