Salmerón ha sido tierra de buenas aguas que han ayudado a que durante siglo fueran muy productivas sus tierras de regadío. En 1787, cuando el párroco de Salmerón responde al interrogatorio oficial que se hizo en el reino y que se conoce como Relaciones de Tomás López, afirmaba lo siguiente:
Goza de muchos manantiales y sus aguas son buenas, aunque no minerales ni medicinales.
La conducción del agua al pueblo se hizo entre 1849 y 1950 y en ella trabajó todo el pueblo, según sus posibilidades, según informa El Eco del Comercio:
Desde luego, antes de 1850 ya tenía fuente el pueblo. El dato nos lo proporciona el arqueólogo Basilio Sebastián Castellanos de Losada, que estuvo hospedado en nuestro pueblo en la casa que acababa de construir su buen amigo Juan de Albisúa, hoy casa rural del pueblo.
Castellanos, en el poema que escribió sobre nuestro pueblo, afirma que fue de la fuente de “LA QUEBRADA”, de donde se hizo la conducción y sitúa la fuente pública, al parecer, en la Plaza principal
Forman el valle los cerros
Valmedina y la Quebrada
por el norte, y de esta fuente
condujo el pueblo a su plaza.
Castellanos en su libro Trillo. Manual del Bañista afirma también la buena calidad de las aguas de la FUENTE DE SAN MATÍAS, en lo alto del cerro y cercana a su ermita:
«Luego que se gana la cima, se entra en un monte bajo muy llano y de más de una legua de extensión, a cuyo fin se halla un descenso a un prado que es la dehesa de Villaescusa , subiéndose desde él al monte en que entra el término de Salmerón, después se pasa al pedregoso cerro denominado de San Matías, patrón del pueblo, en cuya cima y a la vista de la población, hay una ermita en ruinas que estuvo dedicada al santo, y cerca de ella una fuentecilla de fresca y rica agua que apaga la sed del viajero.«
Con posterioridad parece ser que se llevó al pueblo también agua de esta FUENTE DE SAN MATÍAS y, ya en el siglo XX, de la llamada FUENTE DEL MAZO, de buenas aguas. De esta fuente se tomó el agua para el pueblo hasta hace unos treinta años en que se saca agua de un pozo.
Como digo, la fuente pública principal era LA FUENTECILLA, y a ella se acudía para el abastecimiento diario de sus habitantes. Se situaba en la que en el siglo XIX se llamaba Plaza de la Alameda, desde 1929 llamada Plaza de la Reina María Cristina, en el lugar conocido como LA PISTA.
Esta fue la situación hasta 1915 en que se inauguró dos fuentes de más envergadura que la anterior. El 25 de Septiembre de ese año la prensa de Guadalajara (La Crónica) recogía las celebraciones por la inauguración de la llamada Fuente Grande, en la actual plazuela de la Mazmorra, coincidiendo con la fiesta patronal de Salmerón de aquel año. La segunda fuente puede ser, sin tener la seguridad absoluta, LA FUENTECILLA a la quese acudía para el abastecimiento diario de sus habitantes. Se situaba en la que en el siglo XIX se llamaba Plaza de la Alameda, desde 1929 llamada Plaza de la Reina María Cristina, en el lugar conocido como LA PISTA. En la remodelación de los años 50, pasó a ser una fuente central de cemento que manaba continuamente.
En la última remodelación de los años 90 se volvió a poner una fuentecilla metálica en un lado de La Pista.
La memoria local recordaba el hecho de la inauguración de estas fuentes como influencia del caciquismo ejercido en el pueblo por el Conde de Romanones. Un artículo de la prensa local recoge el nombre de los canteros que hicieron la fuente: Victoriano Bodega y Vicente González, de La Puerta, ayudados por su auxiliar Vicentillo de Maranchón. También se refieren a una segunda fuente que, de no se la referida FUENTECILLA, debe de ser el pilón que aún hoy se conserva en la parte baja de dicha plazuela. El artículo nos ilustra acerca de cómo se celebraban las fiestas en esas fechas, con bailes populares (¡que daban comienzo a las tres de la tarde!), cucaña, carreras de sacos y fuegos artificiales. A su vez aparecen las primeras «novedades» del progreso por el pueblo: cinematógrafo, gramófono e iluminación especial para la ocasión.
Así, a principio del siglo XX, el pueblo contaba con dos fuentes públicas, la tradicional FUENTECILLA, en la plaza, y la FUENTE GRANDE, en lo que se llamaba la plazuela del Pósito, hoy plaza de la Mazmorra, donde se conserva. Cada una de ellas tenía un cañería que comunicaba el agua de la fuente con un caño sobre un pilón de piedra para que abrevaran las caballerías. Ya avanzado el siglo XX se hicieron otros dos pilones abrevaderos, uno en la bajada a San Juan y otro a la salida del pueblo por la Morera.
A finales de los años 70 el sacerdote del pueblo, don Pablo Julián hizo construir una fuente en el jardín de la iglesia. Tenía surtidor y en su interior nadaban truchas. Estaba adornada con macetas. Hoy se conserva manando y modificada.
Conocemos algunos nombres de otras fuentes o manantiales que se encontraban en el término, como la FUENTE DE LA NOGUERA o la FUENTE DEL PIOJO, que hoy no manan, o la FUENTE DEL PINO, en el cerro de este nombre, en la que ya en los años 70 se había construido una especie de estanque o alberca. Creo que este agua se decía buena para el estómago. Otros nombres conservados son FUENTE CRISTÓBAL, FUENTE DE LA SIERRA, LA FUENLABRADA (también aparece como LA JUANLABRADA) o LA FUENTE DE LA ROVISCA, hoy desaparecidas o con sus nacientes descuidados.
Un caso especial es el de la llamada FUENTE DE LA CUARTILLA, nacimiento de agua en el interior de una cueva en la que estaban talladas en piedra las medidas castellanas de capacidad (cuartilla, media cuartilla, celemín…) lo que daba el nombre a la fuente. Hoy día la entrada está cegada por la maleza.
Asimismo existe una fuente en forma de pilón en el paraje denominado LA COVATILLA.
También es de destacar la toma de agua denominada como CALZAIZO DE LOS FRAILES. Esta era una arqueta de agua con un caño que manaba en abundancia, y que era el final de una larga conducción de agua de varios kilómetros que los frailes del Convento de Santa María del Puerto terminaron de cerrar en el año 1817, una vez terminada la Guerra de la Independencia. Es tradición que este agua provenía del paraje de LA ASOMAÍLLA. Era muy importante para el riego de las tierras y el abastecimiento de agua al convento, y para su realización la comunidad de agustinos gastó cantidades importantes en el pago de los peones que llevan a cabo la obra. La importancia de esta radica en la facilidad de aplicación del regadío a las tierras colindantes al convento, que en este momento se están poniendo en sazón, y el cierre de la conducción garantiza la pureza y el curso ininterrumpido del agua.
Como hemos, dicho, en la actualidad y ya hace unos treinta años, el agua que bebe el pueblo en sus casas sale de un pozo subterráneo y no tiene la calidad que tenía antaño. Afortunadamente la FUENTE GRANDE y la renovada FUENTECILLA nos siguen regalando con el sonido de sus aguas.