Castilforte en las Relaciones Geográficas de Tomás López

Castilforte en las Relaciones Geográficas de Tomás López

El cartógrafo Tomás López de Vargas Machuca (1730- 1802), Geógrafo Real en tiempos de Carlos III, hizo una encuesta a todos los párrocos de España con el fin de obtener datos de sus localidades para completar su Atlas Geográfico de España. Para ello, también solicitaba que le incluyeran un pequeño mapa de un radio de tres leguas alrededor del municipio. El cura de Castilforte, a la sazón, don Manuel Garrido, contestó a la encuesta en abril de 1787, e incluyó un precioso y detallado mapa del término y lugares colindantes, del que da detallada explicación al final de la cuarta y última página del texto. Además, a diferencia de las respuestas de otros párrocos de la zona, la redacción y el mapa de don Manuel son autógrafos, ya que tenía una excelente caligrafía.

Se centra el redactor en los datos geográficos, aunque no deja de incluir alguno histórico, como que Castilforte (cuyo nombre, aun innecesariamente, aclara que viene de Castillo Fuerte), fue aldea de Huete, hasta 1553, en que pasó a ser villa independiente, bajo el reinado de Carlos I. Para la obtención del villazgo se pagaron 754.000 maravedíes. A diferencia de otras villas cercanas como Valdeolivas, Salmerón o Los Salmeroncillos, Castilforte no fue villa de señorío, sino de realengo, por lo que su señor era el rey de España. Se consigna que, en el momento de la redacción del documento, Castilforte pertenece a la provincia de Cuenca, de cuya capital distaba diez leguas, y su cabeza de partido era Huete, de la que distaba nueve leguas.

Se describe la situación geográfica del pueblo como situado en una colina, rodeada por el Norte, Sur y Este por una cordillera. Su terreno es fragoso, áspero, amplio y difícil de recorrer.

Los términos municipales que lo rodean son los de Vindel (por el Este), Valdeolivas (por el Sur), Salmerón (por el Oeste) y Peralveche (por el Norte). Arandilla y Alcantud se situarían al Sureste, y al Noroeste lo harían Villaescusa de Palositos y el despoblado de San Román. De todos estos pueblos se dice que están distantes a una legua, salvo Alcantud, que dista dos.

El documento reseña que, pese a la aspereza y lo quebrado del término, se dan en él los siguientes productos: trigo, cebada, centeno, avena, aceite, vino, cáñamo, nueces, cerezas, miel, cera, lana y las hortalizas que se crían en la hermosa vega del pueblo, en la que también hay toda clase de frutales y que se extiende hasta Salmerón.

Especial atención pone el párroco Garrido en la descripción de los cuatro montes con que cuenta el pueblo y a los que denomina y describe de la siguiente manera:

El Ombriano, lleno de pinos, cuyo nombre se debe a que recibe la sombra de las cordilleras que dominan el pueblo por la parte que linda con Valdeolivas (procede del latín umbra, aún se utiliza el término ‘umbría’, para denominar a los terrenos en los que no da el sol). Creo que es el que siempre hemos llamado “El Pinar de Castilforte” y que se ve que ya existía en el siglo XVIII.

El Machorro, en el que hay pinos y encinas, que está al otro lado de la mencionada cordillera, lindando con los términos de Arandilla, Alcantud y Vindel.

El Quejigal o Montealto, poblado de encinas, que está situado al Norte de la villa, en la propia cordillera que la domina, y confinando con el término de Peralveche.

Los Morros, revestido también de encinas, al otro lado de la cordillera y lindando con términos de Villaescusa y San Román.

Da cuenta el párroco de la disminución demográfica de la villa, al constatar que en el momento de la concesión del villazgo contaba con 116 vecinos, dos siglos después, en 1759 tenía 94, casi todos hacendados y labradores, y en el momento de la redacción del documento, abril de 1787, sólo quedan 84 vecinos “y de estos los más son jornaleros y pobres”. Esta disminución de habitantes no le parece al cura achacable a la mortalidad, ya que señala el carácter saludable del clima del lugar, sino a los malos años para la agricultura y, curiosamente, al “genio tan belicoso de sus naturales”, que con sus pleitos y denuncias sobre el uso de los montes los estaban, en su opinión, aniquilando.

El dato final que da el autor del documento se me antoja el de mayor interés ya que señala que en el pueblo no hay antigüedades, salvo unos sepulcros de piedra que se hallan en el “paraje titulado la Cor( …) * Zarzuela”.

De la iglesia parroquial sólo dice que está dedicada a Nuestra Señora de la Asunción, de la que dice que es titular del templo y patrona del pueblo.

Sin duda, por lo bonito del mapa y lo detallado de su explicación (cuyas imágenes os dejo), es el texto de la Relaciones de Tomás López más bonito de los pueblos de la comarca.

*La palabra se encuentra cortada en el texto.

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