Del comercio y la industria en Salmerón entre los siglos XIX Y XX (I)

Del comercio y la industria en Salmerón entre los siglos XIX Y XX (I)

Sería muy interesante hacer un recorrido histórico, remontándonos todo lo posible en el tiempo, por el comercio en Salmerón. Recuerdo que, en 1967, cuando yo tenía cuatro años, había en el pueblo hasta cuatro tiendas: unas sólo vendían comestibles, en otras podías encontrar los productos más diversos y, en alguna, ropa y tejidos. Las tiendas eran las de Domingo (calle Mayor), Cele (calle de la Luna), Clotilde (calle de la Estrella) y Ramón (en la esquina de la Plaza Mayor). De todas ellas, puedo aventurar, por lo leído en la prensa histórica, que la más antigua era de Ramón Paramio Adánez, que venía de una antigua familia de comerciantes.

Los datos vienen dados, especialmente, por el Anuario del Comercio y de la Industria correspondiente a la provincia de Guadalajara y que se editó entre los años 1881 y 1911. Esta era una publicación anual, como su nombre indica, donde se relacionaban por pueblos, todos los comercios de la provincia. La primera vez que se hace referencia a la familia de Ramón Paramio, que tuvo esta tienda en la Plaza, es en el Anuario de 1885, donde se habla de Claudio Adánez de Prada como comerciante en sedas. Este señor era abuelo materno de Ramón.

Desde 1886 aparece como Adánez y Compañía, sin que podamos saber, en principio, quién era su socio durante estos años. A partir de 1894 cambia la situación porque aparecen como comerciantes en sedas Claudio Adánez y Dolores Trúpita. En 1903 siguen apareciendo Adánez y Trúpita, en este caso, como comerciantes de tejidos. Es posible que fueran matrimonio. En el último volumen del Anuario, en 1911, junto a Adánez y Trúpita, aparece Luciano Écija, a quien dedicaremos otra entrada. En la publicación que siguió editándose después de desaparecer el anuario, al menos en 1916, continúan apareciendo estas tres personas como responsables del comercio de tejidos en el pueblo.

El negocio de Adánez debió de ser próspero porque, años después, su tienda, que ya tiene sucursal en Valdeolivas, se publicita como “Comercio de géneros del Reino y Extranjero” y abarca tanto paquetería y ferretería como cutidos y comestibles y hasta fábrica de jabón.

A principios de los años 50 ya aparece en la prensa provincial Ramón Paramio, nieto de Adánez, en calidad de comerciante del pueblo.

La tienda de Ramón cerró a primeros de los 80, pero su posterior propietario, tristemente fallecido, conservaba el local tal y como fue en su momento y hasta lo abría en ocasiones especiales en que había fiestas y mercadillo, lo que resultaba un auténtico museo para los que disfrutamos con las cosas antiguas.

Hace unos años, en un portal de antigüedades, encontré una factura de dicho comercio. El papel timbrado, de estética modernista, ya da una idea de la importancia que tenía el establecimiento en los años XX. Tuve la suerte de poder comprar este papel, que hoy obra en mi poder y también conservo foto de otro similar, que se había vendido unos años antes.

(Mi gratitud a Pepa Albalate, que me dejó fotografiar una copia de la relación de comercios del pueblo en 1916, y a Ana María Écija, por haberme aclarado la relación familiar entre Ramón Paramio y Claudio Adánez).

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