OFICIOS ANTIGUOS EN SALMERÓN (III): TEJEROS Y TEJARES

OFICIOS ANTIGUOS EN SALMERÓN (III): TEJEROS Y TEJARES

Esta entrada sobre los oficios antiguos de Salmerón se debe a Tomás Santana Rey, que me ha proporcionado la información, el material y las fotografías. Yo sólo he añadido la redacción.

Antes de las horribles y peligrosísimas uralitas y de las bastante antiestéticas tejas industriales, en Salmerón, como en otros muchos lugares, existió el oficio de tejero y su “talleres”, que se llamaban tejares, estaban en el campo, cerca de las materias primas, la tierra, el agua y la leña, con las que se elaboraban aquellas maravillosas tejas tradicionales que se suelen denominar “teja árabe”.

Nuestro pueblo tuvo dos tejares en su término municipal: uno en la Dehesa y otro en Valdecastillo.

El primero era propiedad del Concejo, es decir, de propiedad municipal y el Ayuntamiento sacaba cada temporada a subasta su explotación. Dentro de la Dehesa del Buey Alhaja, se situaba frente al llamado “Corral de los Bueyes”, que también era propiedad de Concejo.

De este primer edificio se conservan las ruinas de la casa de los tejeros, el horno de cocer las tejas y el pozo del que extraían el agua.

El segundo tejar, más moderno en el tiempo, es propiedad de Julio Calvo Écija y la fundación remonta a su abuelo, por lo que por este lugar han pasado tres generaciones de tejeros. Se llamó tejar de Valdecastillo porque su fundador escogió esta zona del término para situarlo porque linda en su parte oeste con el río Garigay, que le abastecía parcialmente de agua, completándose la necesaria con la de un pozo que existía en la finca, y también había leña en abundancia para alimentar el horno.

En este tejar se fabricaban, hasta 1960, tanto tejas como ladrillos de barro. En este año, al dejar de ser rentable la explotación, se dejó la fabricación tanto de tejas como de baldosas en el último tejar de Salmerón.

Gracias al interés y al tesón de nuestro paisano Tomás Santana, en el año 2007 el doctor Juan Castillo Ojugas hizo una visita al tejar de Julio Calvo, señalando su condición de bien histórico y su importancia etnográfica por tratarse de un oficio desaparecido.

El dueño del tejar lo restauró arreglando la cubierta y las paredes y salvando así una parte de nuestro patrimonio etnológico.

El 30 de noviembre de 2007 el periódico Nueva Alcarria publicó un reportaje sobre el tema por el mencionado doctor Castillo Ojugas que adjuntamos en esta publicación.

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