Por la historia que voy a contar hoy tengo especial cariño. Y es que es la primera cosa que escribí públicamente sobre Salmerón, allá por el año 2000, cuando comencé a tener un internet aún rudimentario en casa. Y es que, además, es una historia que fui rastreando poco a poco, primero a través de datos de tradición oral que luego fueron confirmados por el hallazgo de un librito en una tienda de anticuario y ampliados en horas de búsqueda en la Biblioteca Nacional. Es la historia de una casona de Salmerón muy cercana a mi hogar y a cuya sombra prácticamente he pasado mi infancia. Es la historia de la que fue la Casa Albisúa y espero que la disfrutéis. Vamos con ella.
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